La
conservación de las especies protegidas, y en especial la del oso, es una de
las funciones que desempeñamos los Guardamontes o Agentes Forestales de
Cantabria, llevándonos en las zonas en las que tenemos su presencia, buena
parte de nuestro tiempo y trabajo. También decir que esta apasionante
labor, cada vez se extrapola a más
territorios dentro de nuestra comunidad, así, de la acción de todos, dependerá
que vivamos la recuperación de la especie. Por desgracia, ya hemos sido
testigos de la extinción en nuestros montes, de especies emblemáticas como el
urogallo.
Hablar
del oso pardo en Cantabria, es hablar de la subpoblación oriental de la
cordillera Cantábrica, (compartida con Castilla y León), la cual, después de
los últimos estudios, podemos decir que sigue siendo una de las más amenazadas
del mundo y que el trabajo hecho hasta ahora, no ha sido suficiente, pese a
veinte años de fuertes inversiones económicas.
Esta
población, se encuentra prácticamente estancada en cuanto al numero de sus
individuos, unos treinta, desde hace una
treintena de años, beneficiándose, en los últimos años del aporte de ejemplares
de la población occidental.
En el
ultimo estudio genético, se localizaron 26 ejemplares, prácticamente toda la
población, identificándose solamente 5 individuos con genes propios de esta
zona, lo cual nos indica la gran mortalidad sufrida, (ocho osos muertos por
disparos o venenos en los últimos 15
años en Castilla y León, encontrados), lo que nos indica que prácticamente se
ha extinguido esta línea genética, siendo la llegada de osos asturianos la que
esta manteniendo el numero de individuos.
Pese a
estos datos, los impulsores del estudio genético, la Junta de Castilla y León y
su beneficiaria ,la Fundación Oso Pardo, celebran los resultados, ya que la
población oriental ha mejorado genéticamente, hecho obvio ya que siete de estos
osos, son puros de la zona occidental, es decir, hay ya más osos en la zona
oriental de la zona occidental que propios. El resto, catorce individuos, son
mixtos, hijos de osos de las dos zonas. Esto demuestra que llevamos años recibiendo
osos del núcleo occidental, pero claramente nos define como un sumidero de
osos, en especial a la Comunidad vecina.
Así
pues, si algo hay que festejar, es el trabajo hecho en la población occidental,
especialmente en la zona asturiana, el cual posibilita en la actualidad la
presencia de osos aquí. Gracias a este aporte de osos evitaremos hablar de una
nueva extinción de una población de osos de la península, después de la
reciente perdida de osos autóctonos de Pirineos.
En
Cantabria, cabe destacar la consolidación de nuestros territorios como zonas de
cría y la expansión de la especie hacia el Norte y Este de la Comunidad.
Básicamente,
las bases para el asentamiento de osos, como la de cualquier especie, en una
zona, son dos: tranquilidad y buenos alimentos.
Y….. ¿que podemos hacer desde nuestro trabajo como guardamontes, para
potenciar esto? :
-En
cuanto a la tranquilidad; evitando molestias en sus áreas haciendo cumplir la normativa actual:
-evitando cacerías en zonas con osas
con crías, (desde que los Agentes
Forestales nos dedicamos al rastreo previo de las zonas a cazar,
prácticamente hemos anulado las molestias que se venían causando a esta parte
de la población, tan escasa y vulnerable. Hay que subrayar además, que somos el
único cuerpo que vigilamos activamente las cacerías en zonas oseras, ya que el
SEPRONA, Parque Nacional y Fundación Oso Pardo, no lo estiman oportuno).
-haciendo cumplir la normativa
sobre vehículos a motor.
-evitando actividades lúdicas y
deportivas masificadas.
-evitando el cambio de uso de
invernales o cabañas en casas de ocio…etc.
Convendría
catalogar las zonas de invernada y parideras para evitar molestias en esos
lugares, como la caza en batida en épocas críticas.
-En
cuanto a los buenos alimentos, será el aspecto en el que queda más por hacer:
-se llevan años trabajando en la plantación
de frutales, que ya están dando sus
resultados.
-la falta de alimento, desde la retirada de
cadáveres provenientes de la ganadería,
por una enrevesada e interesada aplicación de la normativa de sanidad
animal, que esta perjudicando a todas las necrófagas, esta entorpeciendo mucho la salida hacia delante de la especie, en especial de
las crías en épocas críticas, como puede
ser la primavera. A veces este déficit, es enmendado con el aporte de cadáveres de fauna cinegética o con animales
de ganaderos. La asociación FAPAS, ha obtenido buenos resultados así, con
escaso coste económico, consolidando nuevos núcleos reproductores en la zona
central de Asturias.
Así cumpliríamos con la parte del Plan de
Recuperación del Oso de Cantabria menos desarrollado hasta el momento: el
aporte alimenticio.
-además se ha paralizado el programa de
polinización de arandaneras y zonas altas, que incrementó sustancialmente el
aporte de alimento en el otoño, manteniendo a los osos más tiempo en estas
zonas, separándoles de los núcleos habitados.
También
convendría una mayor implicación de la administración en la prevención de los
daños a colmenares, a fin de evitar conflictos, dotándonos de más pastores
eléctricos y elementos disuasorios como alarmas.
Seria
conveniente a su vez, reforzar nuestra labor policial, aumentando la plantilla
en las zonas oseras, dotándonos de horarios y medios propios de estas
funciones.
Hemos
sido testigos de la práctica desaparición de el oso en Cantabria y estamos
presenciando su lenta recuperación, nuestro cometido pues es seguir en esta
línea.
Imitando
a quienes tienen buenos resultados y evitando los errores , en el manejo de
esta especie, de quienes casualmente tenemos mas cerca, lo conseguiremos.
Fonte: Agentes Forestales Cantabria
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