De los graves incendios en Galicia y Asturias hemos querido traer -habrá más en Guardabosques- el testimonio vivo de un Agente Forestal a su regreso de un incendio en el oeste asturiano, próximo a tierras gallegas.
Vale la pena leerlo. Supongo que habréis oído algo del incendios que acabamos de tener en el Valledor, concejo de Allande (Asturias)
Comenzó en una zona ganadera, entre Villanueva y el Pozo de las Mujeres Muertas, probablemente por una reproducción, ayer día 23 de octubre de 2011, por la mañana, con viento de componente sur con rachas de hasta 100 km/h.
Ahora mismo no puedo deciros las has. quemadas pero, con seguridad pasarán de dos mil (2000).
Se han quemado seis casas, una de ellas Bien de Interés Cultural con patrimonio cultural en su interior (libros, pergaminos, archivos, piezas de etnografía...), dos o tres hórreos, un número indeterminado de cuadras y cabañas, maquinaria agrícola, rollos de silo por centenas... no sé, todo lo que podía arder y lo que no.
Todo el valle, desde el Pozo de las Mujeres Muertas hasta Berducedo está arrasado. Bedramón, la joya de la corona en montes de pino silvestre del Principado de Asturias queda reducido a una mancha de pocas has. alrededor del Santuario de Nuestra Señora de Bedramón.
Allá se fueron repoblaciones de castaño, de roble, de pino, soutos centenarios y, por supuesto, todo el patrimonio natural del Valle del Oro.
Esto marcará un antes y un después, no solo en la vida de la gente del valle sino en toda la comarca porque este incendio se va a recordar durante años.
Que no os engañe el que los medios de comunicación le hayan dedicado tan solo unos segundos o unas pocas líneas porque, los que llevamos más de veinte años trabajando en esto de los incendios, nunca habíamos visto cosa semejante en Asturias.
Asistir al tremendo espectáculo de ver como unna bola de fuego, a velocidad vertiginosa, devora en pocos minutos este hermoso valle es de lo peor que me ha pasado en la profesión. Ver casas ardiendo mientras te diriges a defender otro pueblo, ver la cara de horror en tus vecinos y reprimir el llanto, la rabia, el dolor... Os juro que ha sido lo más horrible que he visto. Y he visto mucho en este Occidente asturiano pirófito.
Vaya mi reconocimiento al ente Bomberos de Asturias, a la Guardería del Medio Natural, de la que me honro de formar parte y a todas las empresas que colaboraron en la extinción. Y a la BRIFF, que arrastrando lo pies después de doblar turno siguieron al pie del cañón.
La lluvia llegó a las doce de la noche, cuando ya todo se había perdido. Nos queda el consuelo que, si no hubiera llovido, aún seguiríamos allí.
Comenzó en una zona ganadera, entre Villanueva y el Pozo de las Mujeres Muertas, probablemente por una reproducción, ayer día 23 de octubre de 2011, por la mañana, con viento de componente sur con rachas de hasta 100 km/h.
Ahora mismo no puedo deciros las has. quemadas pero, con seguridad pasarán de dos mil (2000).
Se han quemado seis casas, una de ellas Bien de Interés Cultural con patrimonio cultural en su interior (libros, pergaminos, archivos, piezas de etnografía...), dos o tres hórreos, un número indeterminado de cuadras y cabañas, maquinaria agrícola, rollos de silo por centenas... no sé, todo lo que podía arder y lo que no.
Todo el valle, desde el Pozo de las Mujeres Muertas hasta Berducedo está arrasado. Bedramón, la joya de la corona en montes de pino silvestre del Principado de Asturias queda reducido a una mancha de pocas has. alrededor del Santuario de Nuestra Señora de Bedramón.
Allá se fueron repoblaciones de castaño, de roble, de pino, soutos centenarios y, por supuesto, todo el patrimonio natural del Valle del Oro.
Esto marcará un antes y un después, no solo en la vida de la gente del valle sino en toda la comarca porque este incendio se va a recordar durante años.
Que no os engañe el que los medios de comunicación le hayan dedicado tan solo unos segundos o unas pocas líneas porque, los que llevamos más de veinte años trabajando en esto de los incendios, nunca habíamos visto cosa semejante en Asturias.
Asistir al tremendo espectáculo de ver como unna bola de fuego, a velocidad vertiginosa, devora en pocos minutos este hermoso valle es de lo peor que me ha pasado en la profesión. Ver casas ardiendo mientras te diriges a defender otro pueblo, ver la cara de horror en tus vecinos y reprimir el llanto, la rabia, el dolor... Os juro que ha sido lo más horrible que he visto. Y he visto mucho en este Occidente asturiano pirófito.
Vaya mi reconocimiento al ente Bomberos de Asturias, a la Guardería del Medio Natural, de la que me honro de formar parte y a todas las empresas que colaboraron en la extinción. Y a la BRIFF, que arrastrando lo pies después de doblar turno siguieron al pie del cañón.
La lluvia llegó a las doce de la noche, cuando ya todo se había perdido. Nos queda el consuelo que, si no hubiera llovido, aún seguiríamos allí.
Roberto Naveiras-Guarda de Medio Natural de Asturias
Foto: Salvador Rodríguez
Fonte: Guardabosques
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