Descrito por el arquitecto paisajista Frederick Law Olmsted como «la mayor gloria de la naturaleza», el Parque Nacional de Yosemite comenzará una tala controlada para mantener sus vistas panorámicas más espectaculares, junto con la restauración de senderos y la instalación de 2.800 paneles solares.
Muchos de los árboles que crecen en el Parque Nacional de Yosemite, en Estados Unidos, echan a perder la fotografía perfecta para los turistas que visitan este espectáculo de la naturaleza y que esperan inmortalizar sus vacaciones con un telón de fondo de postal. Por esta razón, los administradores del parque han puesto en marcha un plan para talar miles de árboles y preservar las vistas icónicas del lugar, como las cascadas o las imponentes moles de El Capitán y el Half Dome. Un nuevo caso de conflicto de intereses entre la recreación pública y la proteción de paisajes naturales.
El proyecto forma parte del Plan de Gestión de vistas escénicas de Yosemite (Scenic Vista Management Plan) y ha sido aprobado por la oficina regional del servicio de parques nacionales (PEPC). La tala afectará sobre todo a pinos y a cedros. Árboles como los robles californianos y los pinos de corteza blanca se salvarán, al igual que las milenarias secuoyas gigantes o especies que tengan más de 130 años de edad.
En 2009, las autoridades del parque analizaron 181 vistas panorámicas alrededor de Yosemite, incluyendo lugares tan emblemáticos como Tunnel View, Valley View, las cataratas, Half Dome y el Punto de Washburn. El estudio reveló que la vegetación tapaba la visión en un 28 por ciento y bloqueaba parcialmente un 54 por ciento.
«Tenemos que crear caminos, plazas de aparcamiento, un espacio para los visitantes que vienen a ver el parque. Y para ello, estamos tratando de eliminar el número mínimo de árboles de la manera más ecológica posible. Estamos gestionando el parque para la gente», explica Kevin McCardle, arquitecto paisajístico de Yosemite. McCardle opina que hay que encontrar un equilibrio con el fin de preservar el disfrute de estos lugares para las generaciones futuras.
El plan, que prevé iniciarse en 2012, talará árboles en 93 lugares durante la próxima década. La tala sólo tendrá lugar en los meses de septiembre y octubre, después de la temporada de anidamiento de las aves y antes de la hibernación de los murciélagos. Las áreas silvestres, que suponen el 95 por ciento del parque fuera del valle de Yosemite, Wawona y otras zonas como el paso de Tioga, no se verán afectadas por éste. «No vamos a limpiar grandes áreas y la tala se hará sólo en ciertos periodos del año», cuenta McCardle, quien añade que «si un biólogo alerta de que no se pueden cortar ciertos árboles porque hay especies en peligro de extinción, no vamos a hacerlo». La quema controlada está descartada ante la preocupación del humo generado y el riesgo de incendios forestales. Con todo, no es la primera vez que se plantea esta solución en Yosemite.
Hace tres años, varios árboles que afectaban a las grandes vistas del View Tunnel, una de las panorámicas más famosas del parque, fueron talados.
Senderos y paneles solares
Mientras la polémica sobre la tala controlada de Yosemite sigue en el aire, los administradores del parque planean importantes inversiones orientadas a la conservación de sus recursos naturales. La organización sin ánimo de lucro Yosemite Conservancy y el Servicio de Parques Nacionales invertirán más de 9,5 millones de euros para restaurar los senderos más populares y proteger unos recursos naturales irremplazables. En total, 120 kilómetros de pistas degradadas serán reconstruidos para facilitar el acceso a los visitantes, mejorar la seguridad y, sobre todo, proteger las áreas que bordean los caminos. Muchos excursionistas se apartan de los senderos degradados creando nuevos caminos que desvían el flujo de agua y perjudican a los animales autóctonos que dependen de esos hábitats.
Otro de los proyectos estrella de este parque californiano es el conocido como «El Portal». El Parque recibe una gran cantidad de luz solar directa al año, lo que ha llevado a la instalación de 2.800 paneles fotovoltaicos en varios edificios del extremo oeste del parque. En total, estos paneles producirán al año 800.000 kilovatios hora, convirtiendo este proyecto fotovoltaico en el más grande hecho en un parque nacional de la región del Pacífico occidental de Estados Unidos. Y el ahorro energético y económico es considerable. El parque estima una reducción en la compra de electricidad fuera de la red alrededor del 12 por ciento, lo que supone 50.000 dólares al año (unos 36.500 euros). Además, la electricidad sobrante se venderá a la compañía de energía Pacific Gas & Electric Co., de la cual esperan un reembolso de 700.000 dólares (más de 500.000 euros) en los próximos cinco años.
Con todo, Yosemite, descrito por el arquitecto paisajista Frederick Law Olmsted como «la mayor gloria de la naturaleza», seguirá siendo uno de los parques nacionales más espectaculares de Estados Unidos gracias a sus profundos valles, sus poderosas cataratas y sus imponentes moles de granito.
Una belleza natural que el hombre nunca debería descuidar.
Boletin ANPs y Guardaparques 116
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